" Una de las mejores cosas que le puede pasar alguien quizás sea el seguir su camino sin parar para mirar hacia atrás, sin que los obstáculos que ha atravesado signifiquen algo, y sean sólo eso, trabas en el camino que ha superado con éxito y que no vale la pena reflexionar sobre ellas, porque ya no importan...y que mire hacia delante, pero sobre todo, a los lados; para ser conscientes de las personas que nos acompañan durante nuestro camino."

jueves, 26 de agosto de 2010

Hoy me apetece sonreir.

Cuando tenías 13, 14, 15 años; cuando te hacías un cambio en tu físico, tal como cambiar tu vestuario, tu pelo, tus complementos; significaba un cambio tanto como por fuera como por dentro; de repente, los colores que primaban en tu vida, cambiaban su tonalidad y con ello, todo lo demás. Cuando tenias esa edad, lo único que querías era ir rápido, que todo cambiara del día a la mañana y con ello tu; experimentar cada día nuevas sensaciones y no te importaba la inestabilidad; daba igual que un día quisieras a esa persona con locura, que al día siguiente podía ser a la que más odiaras en el mundo.

A medida que vas creciendo, te vas tranquilizando. Te gusta conocer personas nuevas, si, pero tampoco dejando de lado a las antiguas; los sentimientos no se pasan porque sí, sino que los conservas…pero eso sí, cambias de opinión con facilidad, porque descubres muchas cosas en tan poco tiempo, que no sabes que elegir.



Y cuando te vas haciendo mayor…cuando te haces mayor, saboreas los momentos porque desearías que no pasara el tiempo, seleccionas a ciertas personas para que estén a tu lado, y por nada del mundo las quieres apartar; te aferras a tus creencias y pensamientos, y ya pueden decir los demás que erre, que tu dices que no; te marcas un estilo, y de ahí no te saca nadie. A medida que te haces viejo, lo único que deseas, adoras y pides, es la estabilidad; es levantarte con lo que mismo que te has acostado por la noche; es que si tú tienes tu vida estructurada de una manera, no venga nadie y te la joda. Nos guste o no, acabamos aborreciendo las sorpresas, acabamos odiando lo que no podemos controlar y lo que no entra dentro de nuestros planes milimétricos.



Cuando te estas haciendo mayor y te tiñes el pelo o te pones un vestido bonito cuando siempre vas en vaqueros, no quiere decir que dejes de ser una sentimental, una histérica o que vayas a empezar a sonreírle a todo el mundo. Sólo significa que esa mañana te has levantado con ganas de renovar un poco tu apariencia, y cuando te miras al espejo, sonríes con cariño porque debajo de todo eso, sigues siendo tú. Debajo de todo eso, sigues llorando cuando ves a un perro abandonado, cuando piensas que a alguien que quieres le pasa algo contigo, o simplemente; ves que le sigues dando importancia a cosas que otras personas piensan que son insignificantes, porque las personas, las mires por donde las mires, somos como somos. No puedes intentar cambiarte, no puedes intentar ser lo contrario que eres, porque lo único que harás es perder el tiempo y seguir siendo tal como eres. Nos tenemos que aceptar y los demás, si quieres estar a nuestro lado, tienen que hacer lo mismo.

Que no regales tu mejor sonrisa cuando te presenten a alguien o que no digas lo mucho que quieres a todo el mundo, no significa que seas una huraña o una persona fría, quiere decir que, los gestos cariñosos son algo tan importante y tan maravilloso que se reservan para las ocasiones y personas especiales. La gente se equivoca, no somos lo que parecemos a simple vista.



[Me he pasado tanto tiempo queriendo que todo transcurriera rápido, que llegado a este momento, sólo quiero que se detenga, que se quede un poco más]

«Dulce Lokura»