" Una de las mejores cosas que le puede pasar alguien quizás sea el seguir su camino sin parar para mirar hacia atrás, sin que los obstáculos que ha atravesado signifiquen algo, y sean sólo eso, trabas en el camino que ha superado con éxito y que no vale la pena reflexionar sobre ellas, porque ya no importan...y que mire hacia delante, pero sobre todo, a los lados; para ser conscientes de las personas que nos acompañan durante nuestro camino."

jueves, 19 de agosto de 2010

Cabeza vs. Corazón

A veces hasta las mejores personas toman decisiones precipitadas: malas decisiones, decisiones de las que somos conscientes de que nos arrepentiremos a la mañana siguiente o quizás tardemos días, meses o incluso años; aunque tal vez no del todo, porque por lo menos hemos dejado la cobardía a un lado y nos hemos lanzado, hemos dejado nuestro miedo atrás y hemos hecho algo que deseábamos, algo que aunque sabíamos que iba a causar una mala repercusión era una de ese tipo de cosas que te salen del corazón y no puedes controlar y aunque nuestra cabeza nos dice “ni pensarlo” hay algo en nuestro interior que nos anima a hacer una locura que sabemos que se dará la vuelta y nos morderá el culo, pero la hacemos de todos modos.

Todo esto viene a que recogemos lo que hemos sembrado; a que nuestros actos son devueltos, a que deberíamos escuchar a alguien cuando dice “te lo dije”, y a que nos maldeciditos eternamente por no haber echo caso y haber pensado mas “fríamente”. Este es el karma y lo mires por donde lo mires... es un asco.

De una forma u otra nuestro karma nos ayudará a enfrentarnos a nosotros mismos; nos ayuda a que nos demos cuenta de que cada acto que realicemos, tiene una consecuencia, a que lo que no queremos que nos hagan, no debemos hacerlo nosotros, en el fondo, nos ayuda a no ser unos hipócritas.
Podemos mirar al karma a los ojos, bajar la cabeza y esperar el chaparrón o aguardar a que nos ataque por la espalda, pero esto último lo que provoca es que no reconozcamos nuestros fallos.
De un modo u otro nuestro karma acaba encontrándonos, por mucho que lo intentemos no podemos escapar de él, nos persigue hasta casa.
En realidad no podemos quejarnos de nuestro karma, no es injusto, no es inesperado... solo iguala la balanza, incluso cuando estamos a punto de hacer algo el karma siente tentaciones de mordernos el culo, aunque nos de igual, lo hacemos de todos modos.

«Dulce Lokura»