Por mucho que nos empeñemos, si nuestro corazón quiere algo distinto que lo que teníamos planeado, caeremos y al final terminaremos actuando sin racionalidad alguna, porque será la única forma de que seamos felices.
Da igual las vueltas que les demos a las cosas, no importa todas las veces que nos intentemos auto convencer, si la verdad al final va a salir a la luz, y nosotros con ella. Y cuando lo hagas, te sentirás libre, respirarás tranquilidad y sentirás un alivio que hace demasiado tiempo que no sentías.
Podrás volver a sonreír, a valorar lo que te rodea y sobre todo a ti misma, podrás empezar a arreglar tus defectos y a trabajar en convertirte en una persona mejor…por fín podrás tener todo el tiempo del mundo para dedicarte a ti misma, para sanar tus heridas y, si es posible, volver a empezar de nuevo.