Quizás este es el momento que llevo tanto tiempo esperando o el que más miedo me da, según se mire.
Llegó el momento de pararme a mirar las cosas detenidamente, de tomarme todo el tiempo del mundo para pensar, de destapar las viejas heridas para que sanen por completo, de reflexionar que es lo que realmente quiero y conseguirlo...de disfrutar al máximo y no tener que preocuparme de tantas cosas, de que nada importe y todo lo haga a la vez, de volver a sentir emoción y que el mundo está a mis pies, de volar muy alto y tardar en aterrizar, y cuando lo haga, hacerlo bien y de una manera que no duela.
Aunque también es el momento de pasar frío, de sentir que la soledad llama a mi puerta y se instaura en mi...de mañanas sin aliento y noches sin consuelo, de volver a mirar las estrellas y pensar que habrá alguna en especial para mí...de mirar al portal y ver que nadie te está esperando o sentirte ridícula al oír palabras que están sin decir haciendo eco en tu cabeza...o simplemente de que vuelva la vergüenza, la inseguridad y la desesperanza.
Sentir que a veces no puedes dormir porque te va a estallar la cabeza y otras en cambio, echarte a la cama con un sonrisa por haber disfrutado de cada momento al máximo...
Un mix de sentimientos acertados a la vez que en contradicción...pero que al fin de cuentas te dejan vivir, porque no tienes nada que perder pero sin embargo tienes la sensación de alivio y que incluso puedes respirar bajo el agua.
A veces es muy difícil vivir sin alguien, pero creo que es incluso más complicado estar con alguien a tu alrededor y que en verdad te sientas solo y vacío.
Quizás es que me guste mas sentirme mal, que no sentir nada.