A veces no nos enteramos de lo que sucede a nuestro alrededor bien porque somos muy vagos y no nos apetece mirar dos veces, o la mayoría de las veces, porque no queremos. Es más fácil decirnos a nosotros mismos que no pasa nada, que todo está como antes; antes que nuestra cabeza afirme algo que no nos apetece escuchar, y muchas veces no es porque no queramos; si no porque nos da miedo aventurarnos y no es complicado quedarse quieto.
Como me dijo un gran amigo hace unos pocos días, la vida no es tan difícil, el problema es que nosotros nos empeñamos en hacerlo complicado; las soluciones muchas veces son fáciles…sólo tienes que escuchar a tu corazón.
«Dulce Lokura»