Cuando hago una balanza, siempre me doy cuenta de que lo bueno gana con creces a lo malo, porque siempre tienen que existir esos momentos en los que quieres irte y dejar a esa persona atrás para darte cuenta de que el no permitiría nunca que cruzaras el umbral de su puerta sin que lamentaras que las manecillas del reloj no se hubieran detenido en ese instante en que lo único que querías era estar con él.
«Dulce Lokura»